En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, vecinas y vecinos se reunieron en la Plaza Martín Fierro para marchar hacia la Plaza principal de la localidad, pisando fuerte y haciendo escuchar las voces de las que ya no están, visibilizando la unión, para que no haya más Lucías, Micaelas ni Ángeles.

Con una convicción marcada de deseo por sentirse seguras, necesidad de ser respetadas, anhelos de ser valoradas y cuidadas, dieron uno, dos, tres, cientos de pasos frente a decenas de personas que observaban y seguían el recorrido con incertidumbre de no entender de qué se trataba o con aplausos y apoyo por entender el motivo de la caminata.
Quienes participaron se hicieron notar para que la ciudadanía entendiera que los derechos recuperados por las féminas, no son caprichos ni reconocimientos, sino un sinfín de oportunidades que siempre fueron de las mujeres y se les había arrebatado.
El encuentro fue coordinado por Género y Diversidad, a cargo de Rita Moyano, y profes de la Dirección de Deportes y Recreación que guiaron la caminata fomentando hábitos saludables. Al llegar al espacio verde, frente a la explanada municipal, las personas asistentes compartieron jugos naturales y frutas que preparó personal de Desarrollo Social, con instrucciones de la Nutricionista Andrea Luchessi. Luego, se realizaron sorteos de premios donados por bodegas locales. Uno de los instantes más emotivos fue la escucha del poema «Estoy viva como fruta madura» de la novelista nicaragüense Gioconda Belli -en voz de la escritora tupungatina Alejandra Adi- que iba acompañado por relatos personales de mujeres que compartieron sus historias o mensajes de reflexión. La cita concluyó con la pintada metafórica de los colores de la diversidad en la senda peatonal que une el cruce de la esquina sur de la plaza con la comisaría 20°.
La acción fue en nombre de las últimas 204 víctimas de femicidio, los 3 trans/travesticidios y 17 femicidios vinculados de varones adultos y niños, causados desde el 1 de enero al 31 de agosto de este año. Porque en esas muertes, murieron personas y se truncaron no solo sus vidas, sino la de sus seres cercanos, fundamentalmente la de infancias que atraviesan traumas de agresiones y violencias intrafamiliares que afectan sus presentes y futuros.


«Es verdad que a ratos estoy triste, y salgo a los caminos, suelta como mi pelo, 
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas, y atesoro recuerdos, brotando entre mis huesos. 
Y soy una infinita espiral que se retuerce, entre lunas y soles, avanzando en los días, 
desenrollando el tiempo, con miedo o desparpajo, 
desenvainando estrellas, para subir más alto, más arriba.» 
(Estrofa del poema recitado de Gioconda Belli)

Coordinadora Rita Moyano
Profesor Diego Guiñazú