El Municipio recuerda a vecinos y visitantes que la Ley Provincial 6099 de “Prevención y lucha contra incendios en zonas rurales” prohíbe el uso de fuego para eliminar pastizales, basura y fincas abandonadas, preparar suelos para cultivos, o bien como herramienta de limpieza de lotes, banquinas, acequias y canales. 
Es compromiso de todos prevenir los incendios forestales que pueden afectar la biodiversidad y el patrimonio ambiental de Mendoza. 
El monto de las multas aplicadas por infringir la normativa provincial, asciende a una cifra de $1.200.000. La Dirección de Recursos Naturales Renovables es quien determina la multa a aplicarse según la gravedad de la infracción. Para establecerla se tienen en cuenta los peligros y daños potenciales a la seguridad física de otras personas, las consecuencias que haya causado al ambiente o a la propiedad de terceros, los antecedentes de infracciones ya cometidos y toda otra circunstancia relevante para la aplicación.
Con respecto a la legislación que pena las acciones incendiarias -que ponen en riesgo al ambiente y a las personas- el Código de Contravenciones establece multas entre $7.600 y $47.500 o arresto de 8 a 50 días para aquellos que, sin causar un incendio, encendieran fuego en zona urbana o rural en los caminos y en zonas de esparcimiento (públicas o privadas), en calles, acequias, puentes, banquinas o basurales, sea quemando hojas, ramas, madera, basura o cualquier otro material susceptible de ser incinerado, sin observar las precauciones necesarias para evitar su propagación. Por otra parte, el Código Penal prevé entre 3 y 20 años de prisión dependiendo de los daños ocasionados por incendios.
Para denunciar siniestros o hechos de irresponsabilidad social, se puede ingresar al sitio de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial: www.mendoza.gov.ar/ambiente, o comunicarse telefónicamente a la Dirección de Recursos Naturales Renovables al 0261 4252090/ 4257065, de lunes a viernes, de 8 a 13 o llamando al 911.
Medidas para evitar incendios
-No tire restos de podas ni hojas en predios baldíos.
-Nunca haga una fogata sin la precaución necesaria o debida, evite esparcir alguna chispa.
-Nunca deje solo el fuego, sea precavido.
-Apague el fuego que ocupó con agua y tierra, asegúrese que haya quedado completamente apagado.
-Recuerde no tirar cigarrillo encendido.
-Si observa a alguien jugando con fuego, informe a las autoridades.
-Mantenga limpio el entorno forestal.
-Haga una barrera con piedras para evitar que, por efecto del viento, ruede una brasa o salte una chispa.
-Evite hacer quemas en áreas con demasiada pendiente, con altas temperaturas o con mucho viento.
Erradicar el mal hábito de quemar las hojas secas
Hace más de un mes comenzó el otoño en el hemisferio sur, las copas de los arbustos tupungatinos se tiñeron de colores marrones y anaranjados, el follaje va cayendo por etapas y se escucha el crujir de hojas al pisarlas en el suelo. Ante dicho marco, el Municipio -a través de la Dirección de Servicios Generales- solicita a los ciudadanos del departamento que no incineren la vegetación que se encuentra desecha. 
Las hojas deben ser recogidas y embolsadas para cuidar el ambiente y evitar que se tapen las acequias o desagües pluviales.     
La quema a cielo abierto, libera gases altamente tóxicos que afectan la atmósfera y a la salud.
Beneficios de las hojas secas
Otra acción que puede realizarse es dejar las hojas secas sobre el césped -sirven para protegerlo de las heladas, conservando la humedad en el suelo- o tras su descomposición se transforman en abono natural.
Recomendaciones para realizar la recolección 
Para limpiar el jardín de hojas necesita una escoba o rastrillo, pala recogedora, bolsas para basura. Lo mejor es limpiar por zonas, empezando por los extremos, barriendo las hojas formando pequeños montones. Después se deben levantar con la pala y depositar en una bolsa para evitar que el viento vuelva a esparcirlas. Si se quiere, se pueden pisar ligeramente para triturarlas y disminuir su volumen. 
¿Por qué se caen las hojas en otoño? 
La química de las plantas induce la caída de las hojas y es un mecanismo relacionado con dos conceptos clave: la autoprotección y la fotosíntesis.
Las hojas sirven para realizar la fotosíntesis que es una reacción química donde el dióxido de carbono junto al agua, forman azúcares y producen oxígeno en presencia de energía lumínica, como fuente de alimento para las plantas. 
En otoño al disminuir las horas de luz, y al haber radiación solar más débil, las plantas dejan de hacer la fotosíntesis.
Por esa razón, las hojas pierden toda su utilidad y la planta necesita deshacerse de ellas para poder dedicar más energía en mantener su tronco con vida. 
Debido a las condiciones de esta estación -poca luz y baja temperatura- la clorofila (el pigmento que les da su color verde) provoca estrés oxidativo que causa el envejecimiento de la planta, revelando los característicos colores amarillos y naranjas de las hojas.
Entonces, los árboles activan la producción de unas hormonas que le llevan a detener el proceso de fotosíntesis e iniciar la abscisión. Se cierran los conductos que llevaban agua a la hoja y, entre su tallo y la rama, empieza a crecer una capa de células que corta lentamente la hoja sin dejar ninguna herida abierta.
Por ello la caída de las hojas de los árboles es un sistema de autoprotección y ahorro que las plantas activan cuando las hojas ya no les sirven para hacer la fotosíntesis. 
Además, al cambiar las hojas el árbol está llevando a cabo un proceso de reciclaje natural: las hojas en descomposición transfieren sus nutrientes a la tierra, que el árbol utiliza para que nazcan y crezcan las nuevas hojas en la siguiente primavera.
Hay árboles perennes que a pesar de detener la fotosíntesis mantienen sus hojas, porque resisten los climas fríos y con poca luz solar. Esto ocurre porque las copas tienen mecanismos de protección como ceras y resinas, que resisten la congelación y la fractura.